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Entrevista a Jorge Leonidas Escudero acerca de su libro
“La poesía viene y se va cuando quiere.” Entrevista radial a Jorge Leonidas Escudero.
2009-05-24 | El Descubrimiento
Programa: El Descubrimiento
Fecha: 26 de Noviembre de 2006
Radio: FM La Tribu 88.7
Programa N°: 33
Entrevistadores: Patricia Díaz Bialet (P.D.B.), Jorge Dubatti (J.D.), Juano Villafañe (J.V.)
Entrevistado. Jorge Leonidas Escudero (J.L.E.)
Entrevista radial a Jorge Leonidas Escudero
“La poesía viene y se va cuando quiere”
Patricia Díaz Bialet: “Tras la llave”, de Ediciones En Danza, es el libro más reciente del sanjuanino Jorge Leonidas Escudero, uno de los más grandes poetas de la Argentina. Entre tantos rasgos característicos que luego vamos a mencionar, la poesía de Escudero es sumamente bella y singular, y esto la hace muy enriquecedora para quien la lee. Nada se le parece. Estoy realmente feliz porque estamos en contacto telefónico con Jorge Leonidas Escudero, desde la Provincia de San Juan. ¿Cómo anda, Jorge?
Jorge Leonidas Escudero: Aquí estoy, escuchándolos. Le agradezco los términos con los que se ha referido al libro éste, “Tras la llave”.
P.D:B.: Su libro es bellísimo, Leonidas, y queríamos felicitarlo por eso. Ya conocíamos su poesía, pero no estos poemas. Es una edición y una poesía impecable. La primera pregunta que queríamos hacerle es la siguiente: yo estuve leyendo por allí que usted comenzó a publicar poesía a los cincuenta años de edad. ¿Podría contarnos por qué fue a esa edad y no a una edad temprana?
J.L.E.: Bueno, le voy a decir que fue a los cincuenta años porque yo en los diez años inmediatos anteriores anduve acá por la cordillera sanjuanina en la búsqueda de minerales y recibí muchas experiencias, ya sea con los mineros, con la gente, con los pobladores. De manera, que escribí algún par de poemas que surgieron de esas experiencias en la cordillera. Después, cuando vine acá a la ciudad, una señora que era muy benefactora de los poetas me preguntó si yo tenía algún poema escrito. Le dije que sí y entonces ella ofreció publicarme un libro. Me pidió que completara mis poemas como para tener material para un libro y así lo hice y se lo llevé. La señora. se llamaba Teresa Gaya de Sarmiento y ella, por intermedio de una comisión que tenía en su escuela de danza, me publicó el primer libro en el 1970, teniendo yo cincuenta años.
P.D.B.: ¿Y qué repercusión tuvo ese libro, Jorge?
J.L.E.: Ese libro tuvo poca repercusión, así en general, pero hubo comentarios de algunas personas muy calificadas. Los poemas se referían a mis andanzas durante esos tiempos que anduve en los campos, en los desiertos, en las montañas y andaba yo buscando minerales. Entonces esa temática abarca todo el libro, que se llama “La raíz en la roca”... un nombre muy adecuado. Entonces, bueno, algunas personas me hicieron comentarios muy relevantes, otras fueron indiferentes.
Juano Villafañe: Jorge Leonidas Escudero, su primer libro se llama “La raíz en la roca” a propósito de su búsqueda de minerales ¿si?
J.L.E.: Si, justamente.
J.V.: Y buscaba usted minerales en la roca, y también “la raíz en la roca” nos dice usted poéticamente. ¿De qué lugares nos habla ese primer libro suyo, Escudero?
J.L.E.: De acá de San Juan. Estoy hablando de toda la cordillera frente a Calingasta y al departamento Iglesia, donde además de buscar minerales porque tenía mucha afición por las piedras, trabajé de pirquinero con algunos amigos. Pirquinero es el minero sin capital que trata de extraer de la montaña algún mineral para venderlo, en fin, pero no tiene capital, ni herramientas para hacer un trabajo importante. Y bueno, de todo eso quedó ese libro.
P.D.B.: Jorge, yo al principio cuando lo presentaba y cuando hablaba de su poesía, dije que era una poesía muy, pero muy particular; y muy singular y realmente diferente a lo que una está acostumbrada a leer. Llama la atención por bella, pero aparte llama la atención porque realmente es distinta. Y mi pregunta es la siguiente ¿Qué autores fueron los que tuvieron influencia en usted? ¿De dónde aprendió todo lo que sabe? ¿Y cuándo comenzó a surgir ese canto tan particular suyo?
J.L.E.: En un tiempo que estuve en Mendoza, de estudiante iba a la Biblioteca y ahí he leído algunos libros de poetas de España, de la Generación del ´27, como por ejemplo Rafael Alberti y tantos otros. De modo que a mí me gustaba esa poesía. En algún sentido esa poesía me inspiró. Pero lo que más me inspiró, creo, para hacer mi modo propio de escribir fue que de alguna forma yo quería reflejar en lo que escribía, el modo de hablar de la gente donde yo transitaba por los campos y por aquí mismo, por la ciudad de San Juan. Entonces mi poesía es como un reflejo de un habla popular que es regional, acá de esta zona.
J.V.: Cuando yo le preguntaba a propósito de su ciudad hacía referencia justamente a esta idea del trabajo que usted tiene con el lenguaje, a la sorpresa del habla común en su poesía. Y esta relación, a su vez, con la fábula, la leyenda, el cuento, las apariciones. Hablo de las apariciones de los otros pero... ¿el propio poeta es también un “aparecido”, Escudero?
J.L.E.: Lógico. Claro, me he referido a leyendas, a decires del pueblo, pero fue filtrado a través de un vocabulario que, si bien pertenece a un arraigo o a una raíz popular, está transformado, en parte, por mi propia visión del mundo y por mi propia necesidad de expresar todo eso. Entonces de ahí ha surgido que, bueno, cada uno escribe con el “idiolecto”, como le llaman por ahí los entendidos.
P.D.B.: Usted ha dicho que quiso y quiere reflejar el habla de la gente que usted conoce y de su provincia, o de las provincias que usted ha visitado y eso, para que la audiencia pueda llegar a visualizar, es más o menos así.
J.L.E.: (risas) Ya sé a qué se está por referir...
P.D.B.: Claro. En vez de escribir “Entonces” usted escribe “Ntonces”. En vez de “Antes de que el sueño” usted escribe “Antes de quel sueño”. En vez de “La mujer se enojó”, usted escribe “La mujer se nojó”. O en vez de “A ver si usted me entiende” usted escribe “A ver si usté m’entiende”.
J.L.E.: Bueno, por lo general nos tragamos algunas letras y fónicamente algunos sonidos también, por la característica de un habla popular de estos lugares. Entonces he querido yo también ser fiel y reflejarla en algunos sentidos pero sin estorbar la comprensión de lo que quiero decir...
P.D.B.: Claro...
J.L.E.: Por ejemplo, yo pongo un apóstrofo en la letra “l” de la palabra “la” y le quito la letra “a” y escribo “l’ambición”. Eso es común en el habla. Eso y tantas otras cosas. Como unir ciertos términos también.
Jorge Dubatti: Escudero, ¿cómo anda? Le habla Jorge Dubatti desde aquí, desde Buenos Aires. Yo quería preguntarle ¿cómo está presente la poesía en su vida cotidiana? ¿Cuándo escribe? ¿Escribe mucho? En los últimos años usted ha publicado varios títulos.
J.L.E.: Sí, he publicado a partir de los años ´70, cuando yo tenía cincuenta años -de eso estábamos hablando al principio de la charla- hasta la fecha, que ya he cumplido ochenta y seis, varios libros, tantos libros como unos dieciocho, más dos antologías editadas en México exclusivas de mi poesía, y dos antologías acá en Buenos Aires también: una sobre mis poemas mineros, un libro que se llama “Danzas Mineras”.
J.D.: Sí, que es uno de los últimos ¿no?
J.L.E.: Sí, de los últimos. Y otro más, editado también acá por la editorial En Danza de Javier Cófreces, ese libro se llama “A otro hablar” y es una antología.
J.D.: Ahora, Escudero y... ¿cuándo escribe usted? ¿Tiene un horario preferido? ¿Corrige mucho? ¿Escribe a mano?
J.L.E.: Mire, según mi experiencia, la poesía viene y se va cuando quiere, así que no le podemos poner nosotros un determinado tiempo o forzar una disposición para escribirla porque es natural que uno sienta la necesidad de expresar algo y lo expresa cuando siente esa necesidad. De otra forma, sería una cosa forzada. La poesía no anda con imponerse uno a voluntad las cosas.
P.D.B.: Usted dice que escribe cuando la poesía le viene ¿no?, pero a mí me parece que en todo momento de su vida está la poesía presente. Usted puede hacer poemas, como por ejemplo el poema “Puede ser”, acerca de una cucaracha que se ha muerto y dice “cucaracha patitas hacia arriba”.
J.L.E.: La cucaracha que tiene las patitas para arriba.... (Risas)
P.D.B.: Es una belleza ese poema. También el poema “Jugar con fuego” que habla del juego y de la ruleta.
J.L.E.: Si, del jugador tengo un libro especial. Es uno de los primeros que escribí porque también he andado enganchado en el juego ¿ve?
P.D.B.: Ahhhhhhh. Claro.... (Risas)
J.L.E.: ... y tratando de ver cómo era el asunto y todo eso, bueno, me dio motivo para escribir un libro que creo, para el gusto de algunos, es un libro que les interesa mucho.
P.D.B.: Lo que también llama la atención, aparte de la singularidad en la forma, es la singularidad en los temas que elige. Debe haber muchos poetas que hayan andado en el juego pero usted lo exhibe y lo desarrolla magistralmente. O el tema de esta cucaracha con las patitas para arriba, o cuando en un poema nos habla de dos personas esperando el colectivo que bostezan al mismo tiempo. Sus poemas son como pequeños universos y en cada uno usted se propone narrar algo. ¿Es esto así?
J.L.E.: Ahí está, dice una cosa muy importante usted. Eso, narrar. Esta poesía en sí que yo hago es un relato. Será una poesía narrativa o como la quieran llamar ¿ve?. Porque acá se hizo referencia a que han escrito sobre la literatura, sobre la montaña, sobre la minería, pero no ha surgido una obra realmente cabal, total, así de la cuestión minera por ejemplo. Y yo tengo un libro entero sobre ese tema, nada más que no lo han tomado en cuenta.
J.V.: Jorge, el trabajo con el lenguaje que usted realiza es maravilloso realmente. Es sorprendente la recreación que usted lleva a cabo con el lenguaje en relación al habla común. Tiene una calidad de comunicación sorprendente. Es una recreación muy particular la que usted hace y uno lo vincula a usted con Vallejo. Pareciera que hay un Trilce en cada uno de sus poemas, por esa característica de búsqueda de la particularidad del habla común. ¿Se acuerda de aquella frase “Qué estará haciendo ahora mi dulce y triste Rita”? Y como decía acá Patricia Díaz Bialet, los temas que usted toca. Usted a su vez hace relación con los temas a su propia vida; por eso yo le preguntaba antes en la ciudad en que usted vivía, porque pareciera que esa ciudad o ese lugar está muy vinculado con su mundo poético.
J.L.E.: Sí, cómo no. Está muy vinculado. Y con respecto a sus palabras, de que uno trata de hacerse entender, bueno, yo creo que habrá poetas que tratan de poner oscuridad, quizás porque no encuentran el lenguaje adecuado para expresarse, y entonces su poesía les queda muy en lo oscuro, muy cerrada. Pero yo trato de hablar así para que alguien, que no sé dónde está, me escuche y me comprenda y si es posible diga “Ah, eso es lo que yo quería decir...”
P.D.B.: Claro, exactamente. Mire que a mí no me gustan nada las cucarachas. Es más, les tengo bastante miedo.
J.L.E.: (Risas)
J.V.: Yo también, a mí me dan fobia.
P.D.B.: Pero cuando vi este poema, que es el que elegí para leer ahora cuando terminemos esta entrevista, me dio un sentimiento de lástima o pena. y al mismo tiempo es realmente lo que yo hubiese querido decir y en una forma, no sé si llamarla “poesía narrativa” o “narración poética”, pero en una forma bellísima y capaz de transmitir todo lo que usted puso en el poema.
J..D.: ¿Está por publicar algún próximo libro? ¿Terminando algún conjunto de poemas?
J.L.E.: No, terminando no porque he tenido unos inconvenientes últimamente porque ha muerto una hermana mía muy querida y entonces eso me ha afligido bastante. Y, bueno, pero voy a escribir ya algunos otros poemas. Uno por lo menos hice. Y, bueno, y ahí vamos. Yo les agradezco muy mucho a ustedes por el modo de expresarse, de pedirme referencias a mí. Me doy cuenta que sí, que están metidos en la poesía y que entienden perfectamente de qué se trata.
J.V.: Escudero, muchas gracias. Usted entonces nos dice que nos está hablando desde la provincia de...
J.L.E.: San Juan. Cuando ustedes vengan por acá, yo les voy a dar mi domicilio para que ustedes me visiten. Ya el teléfono mío, veo que lo tienen.
J.D.: Así es... (Risas)
J.L.E.: Entonces me hablan por teléfono y yo los voy a buscar acá en San Juan.
P.D.B.: Bueno, allí estaremos. Quiero recordarle a la audiencia que estamos hablando con Jorge Leonidas Escudero acerca de su libro de poesía “Tras la llave”, de Ediciones En Danza. Jorge, nosotros para finalizar queremos leer un poema suyo a la audiencia para que vayan todos corriendo a comprar su libro.
J.L.E.: Bueno... (risas)
P.D.B.: Y el poema que elegí para leer es este que me gustó tanto de la cucaracha que...
J.L.E.: Bueno, ¿ese va a leer? Muy bien...
P.D.B.:
PUEDE SER
Cucaracha patitas hacia arriba
para andar lo último en el aire.
Las movía y después no, alternativa-
mente intentaba en vano salvarse pero
ya había visto otros casos y todas morían.
Hasta quedar tiesa por envenenamiento
y me dije:
Este asunto es más serio de lo que parece,
¿por qué se despiden así,
con las patitas hacia arriba?
Ntonces pensé: ¿No será
que llegaron desde algún más allá
y cuando se están muriendo intentan
trepar cielo volver
a su lejanísimo país originario?
J.L.E.: Bueno, le agradezco mucho...
P.D.B.: Bueno, eso era para que la audiencia supiera de qué estábamos hablando con esto de la cucarachita patitas para arriba...
J..D.: Muchas gracias, Escudero.
P.D.B.: Muchísimas, gracias Jorge.
J.L.E.: Muchísimas gracias a ustedes y cuando visiten alguna vez San Juan recuerden de hablarme.
J.V.: Cómo no. Seguramente así será y nos encontraremos para tomar unos vinos.
J.L.E.: Bueno, muchísimas gracias entonces, una vez más. Y gracias también a la audiencia de ustedes.
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