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Ernesto Goldar - En voz desmayada y baja (2009)
2009-09-23 | El Descubrimiento
En voz desmayada y baja
Ernesto Goldar
Buenos Aires, Vinciguerra, 2009.
COMENTARIOS SOBRE "EN VOZ DESMAYADA Y BAJA"
“En voz desmayada y baja" comprende cinco libros: Poeta natural, Bien polenta, Pastoral, Erdosain recobrado y Manera de valer. Si bien cada uno conforma una unidad y plantea diferentes situaciones y temáticas, hay algo que los une, un hilo conductor establecido por la voz de ese personaje poético de decir aporteñado, que nos habla desde las páginas de este libro, dotando al mismo de una impronta y de una estética personal, original y creativa. En Ernesto Goldar hay un cronista de esta época que evoca las vicisitudes de la condición humana y lo hace con un particular modo de decir. El autor se pregunta por las cosas y nos lleva a nosotros, lectores y recreadores de su obra, a preguntarnos también por esas cosas. Tal vez una pizca de ironía se advierte en su decir, en especial cuando abordan imágenes que evocan el deterioro y la imposibilidad de volver a ser y de amar desde el deseo, el sentimiento de la pérdida o el desencanto, pero todo muy bien separado, con cierta cuota de ironía y de frescura que le quita dramatismo a ese narrar una parte de la historia de vida persona. En voz desmayada y baja es la crónica de un viaje personal que por momentos roza las trincheras de ese exilio interior a que en algunos momentos de la vida nos vemos sometidos. El libro es el testimonio de este cronista poeta que desde el vagar y el observar, desde la reflexión y la contemplación, desde el sentir y el evocar, expresa mágicamente esa ambigüedad que habita el alma humana y lo hace desde la experiencia de haber transitado, pero también desde la carencia que atraviesa ineludiblemente la vida. Ambas son portadoras de ese sabio legado, sin la presencia de alguna de ellas tal vez esta poética no hubiera sido posible.
Una bellísima página literaria, de esas pocas que queremos tener a mano en nuestra mesita de luz, para en algún momento, volver a retomar”
.
Luis Raúl Calvo
“El silencio y el misterio”
Estamos ante un título que nos sitúa en el recogimiento, en un estado recoleto con nuestra alma. En voz desmayada y baja. Esa voz personificada nos conduce al silencio. Ese silencio del lenguaje a veces se convierte en desarraigo de la palabra, un abandono. No obstante esa visión del lenguaje como habitado por la derrota, por la frustración, que también se opaca en su significación, puede ser el lenguaje como potencia, como figuración del deseo, como memoria velada, secreta. Se esconden los conflictos que podrían originarse en una redención, como un augurio.
El tono intimista nos remite a una violencia estética, con la ruptura del orden sintáctico, el coloquialismo que alcanza lo confesional. El verso se constituye en un orden propio, regulado por un movimiento inherente al mundo transitado por el goce y el dolor. Cada poema suscita múltiples resonancias cuyas reminiscencias se ligan a la nostalgia. Observamos un despliegue de sonoridades y ritmos que nos estremecen con interrogaciones que penetran en nuestra interioridad mental y física. La nostalgia exalta lo sensorial en un recorrido recorrido espacial por nuestra ciudad de Buenos Aires. Poeta y lector se unen en el acto poético entre los vaivenes del dolor corporal y anímico y del placer especulativo y de los sentidos. El poeta ejerce un desdoblamiento entre sus ensueños y la palabra verdadera surgida del intelecto. En voz desmayada y baja seduce, conmueve, altera nuestras percepciones, exalta nuestra duda ante la existencia, la soledad, nuestro ser en el mundo.
Los poetas tienen una densidad magnética que despliegan resonancias infinitas, desde la fuerza originaria de la palabra hasta la creación propia de ese instante poético con sus ritmos, cadencias, alusiones, reiteraciones. Ese alumbrar poético irrumpe como una auténtica experiencia poética.”
Cristina Pizarro
Ernesto Goldar y su opción por la poesía
Quiero centrarme en uno de los aspectos al que considero central y vertebrante del libro: la opción de Ernesto Goldar por la poesía. En los cinco libros que componen la obra aparece la referencia constante a la poesía, la creación, la palabra, la escritura, el poema. Es esa mirada del autor hacia su propio quehacer (mirada que produce lo que la crítica suele llamar metatexto) la que construye incesantemente una poética. En suma, Goldar, como todo autor moderno (y algunos antiguos) ya sea Cervantes o Baudelaire, expone una poética propia, y una teoría del poetizar. Todo el libro es una poética, más allá –o más acá- de motivos ocasionales de la propia vida, los amores, las ideas, las lecturas, la Historia, y entrelazándose con ellos.
Estamos ante un libro que viene a proclamar la opción de Ernesto Goldar por la Belleza. ¿quién se preocupa por la Belleza en estos tiempos de ruido y confusión? Emily Dickinson ha muerto por la Belleza, nos ha recordado Ernesto, y no hace falta decir con Marechal que la Belleza es un camino a Dios, pues esta implicancia mística puede ser sentida de diversos modos y no siempre ser reconocida como tal, pero igualmente existe. Goldar lo sabe y sus poemas se encargan de recordarlo, sugerirlo, insinuarlo.
Sibilinamente el autor, además de ubicarse en un confesionario laico sin desdeñar sus implicancias religiosas, pues lo define como un testamentario auto de fe, desliza sus convicciones en forma oblicua, como al desgaire, escudándose en el pudor pero al mismo tiempo consciente de sus afirmaciones envolventes, persistentes, a veces desafiantes.
Goldar opta por la poesía, y ello define un temple, un modo de pensamiento, no solamente un lenguaje. Su libro es una confesión, un balance de vida, y un testamento espiritual, pero también una defensa del poeta, una justificación de su decir y su meramente hablar, una poética expuesta con sabiduría.
Graciela Maturo
Poemas de: EN VOZ DESMAYADA Y BAJA
LITIGIO
Los lingüistas no pierden el tiempo,
los gramáticos tampoco;
las palabras del poema que nos abren el mundo,
convocadas al fuego del mundo,
develan su misterio en cuanto
son incomprendidas,
Invioladas por las razones
como los dioses y como los hombres
que no buscan ser explicados en la Tierra
sino soportados, custodiados y respetados
como un secreto salvajemente oculto.
POETA NATURAL
La mano, la mano enferma,
la mano enferma escribe.
Imposición ineludible de decir,
o de ocultarlo, que viene a ser lo mismo,
para inventar otra vez un espacio
en la línea de papeles,
de todo olvidar en el descenso.
Afuera el mundo tiembla,
y no puedo detener la mano mortal y maniática
que dibuja palabras, frases y finales,
como si se tratase de una extraña.
No es de mi cuerpo, para nada,
tampoco de mi alma,
generadora de almas.
MI EXTRAVAGANCIA
De tiempos de
historia personal, y de la Historia,
mi preferencia evoca del tren las estaciones,
la de Constitución, la de Retiro,
que por los pasos perdidos atraían,
los inacabados gestos de viajero,
las miradas aún sin consumir.
Se iba a las vecinas cervecerías y a los bares,
al monumento de las construcciones
como si algo más pasara allí,
como a un refugio,
y también por un poco de extravío a ocupar
los asientos de las salas,
los vestíbulos como si fuese un templo.
No sé si el atractivo han conservado,
pero todavía, por su emblema de tierras de viaje,
por sus sistemas y sus estridencias,
por su crisis y su encanto y por su imagen
de vedette envejecida,
es legítimo el deseo de mostrar que otra cosa existió,
ciertas palabras olvidadas que vueltas a decir producen
chispas.
UNA AVENTURA MEMORABLE
Faltar a clase, hacerse la rabona,
entre paréntesis poner la escuela y darse asueto,
al maestro idéntico a sí mismo, a la pedagogía,
al aroma de la insípida tiza y al dictado,
la punta de los lápices, la goma,
los inofensivos rituales iniciáticos,
ese universo severo y el estuche
y las tablas de multiplicación.
Alegría del tiempo merodeador de imágenes,
por tachar las palabras y mirar a las nubes,
por andar lentamente soberano,
por las puertas del sueño, por caminar así,
con ligereza,
y abandonarse a un placer a contracanto
a lo largo de una mañana en primavera.
MANERA DE VALER
Un yerro, una omisión, se pagan,
ya sea con arrepentimiento
o el desquite debido.
El trabajo, inclusive, en el mundo en que andamos,
como una mercancía disertado,
y en la retribución impuesta
por deberes y negocios,
correspondencias, plazos y cuotas a deudar
en la atadura de tiempo y sobresaltos,
cumplimiento y tientos que comprensiblemente se
cortan dicen de las cosas el precio,
y también que tiene el suyo cada uno de nosotros
por dinero, extorsiones o gloria.
Y si corresponder debemos con lo usado y lo pedido,
y aún con lo pedido y lo deseado,
con aquello que damos como puro divino
que llevamos dentro,
el precio de la poesía es la vida.
RAIGAMBRE NOCTURNA
Habita mi ciudad porque la ve con ojos
ciudadanos;
existe en mi ciudad porque tiene sentimientos
de ola fugitiva,
de ligereza en la existencia,
un ocurrir, el equilibrio amenazado siempre.
Descubre mi ciudad y su decoración de nervios
excitables,
de ritmos y estilos versátiles,
las impresiones súbitas y agudas y efímeras.
Compite en mi ciudad de sensoriales experiencias,
de paisajes,
de predominio del momento,
las cosas disueltas y firmemente trabadas
en una metamorfosis.
ALGUIEN PIDE SILENCIO
Llegó a la cumbre alta de las populares reverencias,
al bronce, al mito, la pinta y la sonrisa,
un nacimiento que da para polémica
y una vieja que acompañó a la Chacarita.
Se le dieron todas, pero Cadícamo y Cobián
baten la justa: la vida perdurable
son los aplausos tauras
que escuchó en un boliche
cuando cantaba
su primer canción.
ESCUCHAR ACONTECE
El poeta no es en nada un escribiente,
quiero decir,
no usa de las palabras que hablan y se escriben,
y las palabras gastan.
Nombra el poeta, y el sentimiento escucha
que dentro de sí mismo se devela,
no es dueño de palabras,
y menos las dispone para poner la voluntad.
El poeta origina, vuelvo a decir,
obedece,
a la palabra oye,
la dice con la boca cerrada
y le devuelve la retenida dulzura de su corazón.
RARO INVENTO
¿Quién no ha sentido comentar de los momentos,
de las instituciones mejores del espíritu,
de los gratos, y dulces, de los inolvidables?
Los que se vivió son el supuesto
los sucedidos recién y hace un momento,
el recordable yesterday.
¿Qué fueron? ¿La sonrisa, una palabra,
una mirada receptiva, la imagen pura
del contenido de la comunicación?
No hay semántica valedera para el caso,
menos que menos analizados interiores;
porque un momento,
y si es mejor acompañado,
hasta es capaz de volvernos
reflexivos, intelectuales, sistemáticos.
NO ES DETALLE MENOR
Ya no puedo escribir sobre mi barrio
-no lo tengo-
tampoco de mi casa, si no sé cuál es.
Dejo a los deslumbrados por Buenos Aires
Que vuelvan a pintarla,
la esquina, la cortada, un almacén ahora reciclado.
La ciudad es la sorpresa y la tristeza,
el silencio y la palabra nueva.
De tanto caminarla la llevo en el alma.
BUENOS AIRES
Ël solo lamenta sin grandilocuencia,
callado como un pájaro, sin estorbo en las veredas,
los escaparates que le conocen desde hace veinte años
son los referentes de un barrio aparejado a su destino
de adopción.
no vive allí, en ese lugar habita, y sueña los lejanos
/días
para volver a la postura de largada, el dentro de su
/círculo,
el calor de los recuerdos buenos que siguen mansos
la señal desorientada.
No es el final un punto y coma, es la reiteración
de la ansiedad sacrificada al olvido en una cacería
de tiempos borrados, nutrientes de imágenes
que suenan en los bordes.
SE ELEVA UN INSTANTE
Por las razones antedichas y otras
que irán sabiendo en todo caso,
tomo en este momento
la voluntad de no luchar ni defenderme
ni darme por vencido,
paciente en la rutina sin acontecimientos
ni sorpresas,
sin sentido,
dispuesto a irme a pique
no en la impresionada forma de catástrofe
sino en la insignificancia de la desilusión.
MÁS QUE MANIFESTAR OCULTA
Los ojos cierro para mirar la suprema gratuidad
de este retrato,
una fotografía de amigos, dándonos las manos,
la galería del baile en la barranca.
Para olvidar la diferencia, la oscuridad, la ausencia
y el silencio,
para encuadrar en nuestra historia un acontecimiento,
un invierno pensó el precio de fijar la realidad
y reducirla a una imagen de puntos descriptivos
dispuesta bajo el vidrio,
conservada, arrancada y disecada como una ilusión.
QUEDAMOS SORPRENDIDOS
A partir de ahora comprendemos
que es posible reconquistar paso a paso
la dulzura de vivir,
caminar las calles inagotables
que prescinden de nosotros y nos prestan
solamente su atracción distraída,
y en todo caso cederán
algunas sobras de las que contentamos
la intimidad y la precaución
de nuestra propia música.
¿Cómo pasar entonces de la amistad al amor?
Esta indecisión que no puede aclararse,
la ternura de los otros apenas percibida,
la primicia de una oportunidad
que no será ofrecida una segunda vez.
SANTIDAD MUNDANA
Pensado como confesión o mandamiento,
testamentario auto de fe,
prolijo cuáquero desnudo o
entrevesado placer por sufragar los pleitos de palabras,
juro,
en nombre de todas las cosas prohibidas de este
mundo,
que te debo un poema.
DATOS DE ERNESTO GOLDAR
Ernesto Goldar nació en Buenos Aires. Es poeta y ensayista, ejerció el periodismo y la docencia universitaria, además de coordinar talleres literarios de novela, ensayo y poesía. Fue asesor cinematográfico, candidato a senador, jurado por el Fondo Nacional de las Artes, el Congreso de la Nación y el gobierno de la ciudad.
Participó de antologías sobre la historia y la sociología de Buenos Aires, y de las antologías Poetas argentinos del siglo XXI, 2005; Legado de poetas, poesía social argentina, 2007; Poesía argentina contemporánea, 2007; Poetas y Putas, 2008.
Es socio honorario de la Sociedad Argentina de Escritores y de la Sociedad de Escritores y Escritoras de la Argentina. Obtuvo el premio Oesterheld. Publicó ensayos de investigación histórica, pensamiento político y crítica literaria; dictó conferencias en universidades nacionales e instituciones culturales públicas y privadas, y es citado por numerosos autores argentinos y extranjeros.
Publicó más de veinte libros, con varias reediciones; entre ellas destacan:
El peronismo en la literatura argentina; La mala vida; Jauretche; Proceso a Roberto Arlt; Buenos Aires: vida cotidiana en la década del ’50; John William Cooke y el peronismo revolucionario; Los argentinos y la guerra civil española; La clase media en el ’83; ¿Qué hacer con Perón muerto? Y tres poemarios: Feria en San Telmo; Instinto de conversación; y En voz desmayada y baja.
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